Un rebaño de ovejas pastaba durante el verano por los prados que rodean el lago. Estaban pastando tranquilamente la hierba cuando apareció un marrano negro que las dejó preñadas a todas. Cuando nacieron eran todas negras.
Al año siguiente, volvieron a sacar las ovejas, que ya eran mayorcitas. Y apareció de nuevo el marrano negro, pero esta vez, al ver a las ovejas negras emitió un balo lastimoso y en el mismo instante cayeron todas muertas. Eran sus hijas. Desde entonces al lago se lo conoce con el nombre de Mal.